Queridos hijos: ¡También fue Navidad!
aunque hace 5 meses que terminó la Navidad, quería dejaros en nuestro blog familiar lo que os escribí cuando terminaron las fiestas navideñas, para que nos quede como recuerdo:
Ya ha pasado la Navidad y desde hoy (11 de enero) cada uno vuelve a estar en su casa. Ha sido una Navidad distinta a otros años, pero no por eso ha dejado de ser encantadora. Unos días antes nos explicaron las medidas covid a la población, entre ellas que respetáramos las normas de reuniones de grupos para no ser más de 10 personas. También nos dieron ”permiso” a casi todas las comunidades para desplazarnos a ver a nuestros familiares, pero sólo en las fechas indicadas para esos desplazamientos.
Así, papá y yo con “los pequeños” solteros (nuestra “unidad familiar”) nos fuimos a Carbonero como cada año pero con una variedad: este año no pasaríamos la Nochebuena en casa de abuela con hermanos, sobrinos, tíos, primos y demás (los más de 40 que nos reunimos todos los años por estas fechas), sino que celebraríamos la Nochebuena (y el resto de fechas señaladas) en nuestra casa de Carbonero y sólo 10 personas, nuestro núcleo familiar y uno de vosotros con el vuestro. Y tampoco vendríais todos los que soléis venir a dormir esos días a casa.
Repartimos los días de vacaciones de Navidad y a cada hijo casado y su familia le correspondían 2 ó 3 días con nosotros. Así os hemos podido ver a todos (de forma escalonada y por partes) y cumplir con la normativa.
Abuela ha estado con sus hijas en todo momento, también por partes. Ella ya nos dijo desde el principio de la pandemia que quería hacer la vida lo más normal posible, con responsabilidad. Nos explicó que estaría con su familia, con mascarilla y medidas pertinentes, pero con la máxima normalidad posible.
Nos dejó claro que a sus 86 años, si a pesar de esas medidas cogía el covid por estar con su familia, no le importaba; que prefería morir de covid que de pena.
Llegó la Nochebuena. En casa cenasteis uno de vosotros con su familia y los hermanos solteros. El resto de casados de Madrid cenasteis juntándoos entre vosotros dos familias y otros con vuestra familia política. Así nadie estuvo solo.
Llegó el día de Navidad, fuimos a ver belenes, adorar al Niño, cantar villancicos… El 31 de diciembre, en Nochevieja, vinieron los tíos y primos después de cenar a tomar las uvas y una copa de cava como cada año, aunque se tuvieron que ir pronto. Lo pasamos estupendo y a la hora del toque de queda, todos volvieron a su casa. El tradicional karaoke en casa hasta las tantas de la madrugada, este año quedó solo para la unidad familiar.
El primer día del año, como siempre, nos volvimos a casa (a Lleida) y aquí pudimos recibir a los últimos de vosotros que nos faltaba por ver.
Llegaron los Reyes Magos, que tanto nos siguen ilusionando a todos, aunque por primera vez no hubo cabalgata. Al terminar las fiestas de Navidad cayó la gran nevada que os retuvo en casa a todos dos días más de lo previsto. Carmen tuvo que retrasar su vuelta a Dublín, Javi a Pamplona y Belén, Carol y Fer con los niños a Madrid. Así que aprovechamos esos días “de encierro” para jugar con la nieve, hacer un concurso familiar de muñecos de nieve (con el resto de hermanos que nos mandasteis las fotos de vuestras creaciones desde vuestras casas, ya que nevó en toda España) y seguir conviviendo y disfrutando juntos dos días más.
Ha sido una Navidad distinta, pero para dar muchas gracias a Dios (que ha vuelto a nacer como cada año) por hacerse Niño para salvarnos, por estar todos bien y unidos y pedirle mucho por todos aquellos que no lo están y que están pasando días muy malos.
Muchos besos a todos
mamá