Querid@s hijos: soy fan de San Isidro.
Hace unos días celebrábamos San Isidro Labrador. Los que vivís en Madrid lo habéis vivido especialmente y con un día de fiesta que os habrá sabido a gloria.
En la parroquia de Alpicat tenemos al santo en el centro de la iglesia presidiendo todas las Misas y ceremonias.
Este santo me trae siempre recuerdos de cuando era pequeña. Tendría 9 ó 10 años y vivía en Carbonero. Cuando iba a Misa me encantaba ponerme al lado de San Isidro y le miraba embobada. Le veía majestuoso mirando al cielo y con los bueyes, el ángel y el arado trabajando la tierra.
Nos contaban en la catequesis de los domingos (esa catequesis a la que si íbamos nos daban un vale para ir al cine, jeje…) que el santo agricultor rezaba mientras el ángel cultivaba la tierra y le hacía el trabajo. Siempre me impresionó, no sé muy bien por qué, quizás porque con mis pocos años ya intuía que el santo había elegido hacer lo más importante.
Con el tiempo lo fui interiorizando y en un momento dado le dije a Dios que yo intentaría hacer lo mismo. Me dedicaría a sus cosas primero: piedad, plan de vida, disponibilidad en las tareas apostólicas que me encomendaran,… y que Él se encargara de mis cosas. No sabéis qué paz, qué bien lo ha hecho y qué tranquila se vive sabiendo que Él se encarga de lo importante si tú pones en primer lugar lo suyo.
Al cabo de los años, ya de mayor, empecé a fijarme en el San Isidro de Carbonero y ví que no era como yo le recordaba. ¡No era mi santo, que me lo habían cambiado! Nadie sabía nada cuando preguntaba y ya pensaba que la imaginación me había jugado una mala pasada, cuando un día, de casualidad, le descubrí en Yanguas de Eresma, el pueblo de al lado. Resulta que el párroco lo había llevado a la iglesia vecina porque los agricultores habían regalado uno nuevo para Carbonero.
¡Qué ilusión encontrarle allí y qué buenos recuerdos, tan guapo y con sus bueyes…!
Le estoy muy agradecida porque me miró de niña y me ayudó a descubrir dónde estaba lo más importante, lo mejor.
Feliz San Isidro a todos y un besazo.
mamá
Queridos hij@s 