Querida Belén: ¡Muchas felicidades porque Peri y tú os casáis!
Uno de los acontecimientos del fin de semana de julio que tuvimos en casa la acampada familiar fue vuestro compromiso.
Además, como estábamos todos en casa, lo vivimos mucho. Padres y hermanos habíamos visto ya el anillo y, compinchados con Peri, maquinábamos divertidos sobre el mejor momento de entregártelo.
Volvemos a tener boda en casa con la ilusión y felicidad que eso trae a la familia.
Esos días me pediste un post porque me dijiste que en las redes sociales habías leído acerca de quién era antes en el matrimonio, el cónyuge o los hijos, y me pediste que te escribiera algo dando mi opinión.
Es una pregunta curiosa y fácil de responder, al menos así por encima.
Creo que no se trata tanto de quién va antes, sino de que son dos cariños distintos, o por lo menos con manifestaciones distintas.
A tu marido le quieres con un amor que tiene mucho que ver con facilitarle y hacerle agradable la vida, hacerle amable que te ame.
El cariño a los hijos está comprometido, hipotecado en que los estás educando y eso supone no facilitarles mucho la vida, sino hacerles recios y fuertes. Precisamente por eso no conviene, ni interesa, ni les ayuda, que les pongamos las cosas cómodas y demasiado fáciles.
Supone no caer en la tentación de mimarles demasiado y evitarles todos los contratiempos (que es lo que con frecuencia nos pide el cuerpo y solemos hacer) .
Ya lo decía el refrán: “Cuando seas padre comerás dos huevos”.
Por ponerte algún ejemplo:
el filete más grande se lo das a tu marido (que posiblemente y educadamente te lo pasará a ti), o en caso de conflicto se ve la peli que elige papá o mamá, por lo mismo le reservas también el sitio mejor en el salón y por eso te pones siempre de su parte si surge un roce. Y lo mismo él contigo.
Seguramente esas manifestaciones de cariño a tu cónyuge, prefiriéndole a los hijos, llenará a tus hijos de orgullo y seguridad mientras piensan: cómo se quieren mis padres.
Esta es la manera primera, más bonita y mejor de quererles a ellos: queriéndoos y mimándoos mucho entre vosotros dos.
Eso sin contar que tu cónyuge es tu mejor amigo y por eso estás deseando estar con él, y algunas veces con los hijos no tanto.
Cuando son pequeños porque dan guerra y a menudo les prefieres en el cole o durmiendo. Según van creciendo, porque no pocas veces te suben la bilirrubina. Y cuando van madurando y son cada vez más majos, porque serán ellos los que prefieran estar con sus amigos antes que con sus padres.
Y así debe ser. Les queremos y educamos para que cuanto antes puedan volar solos y formar su propia familia.
Así que efectivamente va primero el cónyuge que los hijos. Los dos juntos son primero y van antes que nadie para hacer que los hijos se sientan queridos y puedan crecer sanos y felices.
Espero haberte contestado.
Un beso muy fuerte.
Mamá.