Queridos todos 2

 

Llevamos ya unos cuantos días de vacaciones en Carbonero y os escribo para daros el parte y porque no me resisto a comentaros en el blog lo que ya hemos ido comentando entre nosotros.

Convivimos en la misma casa: cuatro hijos con sus cónyuges, 14 niños entre 12 y 1 año, 5 hijos jóvenes que duermen en casa de abuela pero que pasan el día con nosotros y papá y yo. Total que somos bastante gente conviviendo, y como creo que ya escribí otra vez, encantados (o eso me parece a mí) y disfrutando mucho de familia.

Me decíais el otro día que os escribiera un post recordando algunos puntos que nos facilitan la armonía y disfrute familiar. Entiendo que desde fuera puede parecer difícil conseguir paz y buen ambiente cuando hay tanta gente en la misma casa, pero creo que con buena voluntad de todos y espíritu de servicio no es tan difícil. 

Nos preguntábamos en una de las interminables sobremesas, cual podía ser el truco o la razón de que no hubiera roces – al menos hasta ahora- y de que no estuvierais esperando un poco el momento de iros cada uno a vuestra casa, sino que se os hacen cortas las vacaciones. Las conclusiones a las que llegamos fueron las siguientes:

Primero y lo más importante es que a todos os hace ilusión estar juntos. No os importa tener menos comodidades y más jaleo, valoráis y queréis estar con vuestros hermanosaunque haya que ceder en muchas cosas. Papá y yo también felices de que coincidáis y como ya os dijimos al principio de verano, encantados de que vengáis todos todo el mes. A partir de eso, os organizáis con los distintos planes familiares pero siempre venís y por lo menos una semana soléis coincidir todos.

Segundo y no menos importante es, como decía, el espíritu de servicio. No da la impresión de que venís a que os sirvan sino a hacer la vida agradable a los demás. De hecho yo no hago más que deciros que si habéis urdido un complot. Un complot para que papá y yo no nos movamos. En cuanto decimos de cuidar a algún niño, o darle la comida, o preparar meriendas o hacer una cama que no sea la nuestra salís gritando “¡ no!”. Lo único que aceptáis es que hagamos la comida y a regañadientes. Siempre hay algún día que algún voluntario, bajo la excusa de alguna celebración, nos echa de la cocina y se hace cargo de algún suculento menú para ese día.

Y dicho esto paso a recalcar algún detalle concreto y más práctico que, aunque todos vivís, no sé si sois conscientes y os puede interesar de cara al futuro.

 

Es crucial, esencial y fundamental para nosotros (creo que para todos) el tema que, si no recuerdo mal, ya escribí en una carta a Inés: que todos estamos de acuerdo en que la vida de los niños no debe identificarse siempre con la vida de los padres.

 

Quiero decir que en la casa es bueno que existan espacios físicos y de tiempo sólo para mayores. Puede resultar muy agobiante, al menos a mí me agobiaría, cuando los niños, aunque sean uno o dos, hacen vida con los mayores: comidas juntos, cenas juntos y hasta se acuestan padres e hijos a la misma hora. Es como que nunca termina el día. Yo me acuerdo cuando erais pequeños que las tardes eran muy movidas, pero a las 9h todos estabais en la cama y papá y yo teníamos nuestro rato de hablar, cenar o ver la tele juntos. Pues ese patrón sigue siendo válido. Hay muchos niños por casa, pero sabemos que a partir de las 22h como tarde (estamos de vacaciones) todos están acostados y el tiempo es para los mayores.

Igual pasa con el espacio físico. Si los niños tienen su salita, aunque sea muy pequeña, no están todo el día entre mayores, que hace que se vaya cargando todo el mundo. No sólo que las conversaciones no tienen que ser las mismas, sino que cuando hay niños ya nadie está por la conversación sino riendo las gracias, lógicas por otro lado, del niño. A los papás igual les hace mucha gracia las intervenciones continuas pero al resto de familiares igual no tanto.

En casa, a las 7.45 se suelen despertar los más madrugadores y con uno de sus padres baja a la salita donde se ponen dibujos. En la medida en que se van despertando todos los niños se van reuniendo en la salita. Sobre las 9 ó 9.30 desayunan todos y empieza el ambientazo. Lavados y bien peinados, sobre las 11h,algunos padres o madres se van con los niños a la piscina y los cónyuges respectivos se quedan terminando de arreglar las habitaciones y recados varios. Al terminar todos a las piscinas. 

A las 14.30h comen los 14 niños y al terminar los niños mayores a la salita otra vez y los más pequeños a la siesta. Los padres y abuelos comemos con paz y tranquilidad y alargamos la tertulia hasta bien entrada la tarde. Si algún niño se despierta o enreda, es su padre el que va a atenderle y no viene con el niño a la tertulia.

Sobre las 6.30h de la tarde, y ya con todos los niños nos vamos al campo, a la ermita la mayoría de los días. Allí juegan, ven a la Virgen, bajan al río, se columpian y lo que se tercie. La mayoría de los días tiramos a lo fácil -aunque no a lo mejor- y llevamos bocadillos para merienda cena.

Sobre las 21.30h vuelta a casa, duchas, yogurt o fruta y a la cama. Los niños más mayores leen o juegan a las cartas en la cama y los que se resisten a dormir se las ven con su padre o madre que insiste y no abandona el puesto hasta que esté dormido o casi dormido. 

Ya tranquilos empieza nuestro tiempo de mayores de nuevo. Cenamos juntos en la terraza o en la cocina y después algún juego de mesa, o salimos al fresco a seguir la conversación que no se nos acaba.

No es que sea lo mejor del mundo y posiblemente abusemos de dibujos para que estén los niños tranquilos,pero a veces lo mejor es enemigo de lo bueno y en este caso lo consideramos el mal menor. A ver si vamos aprendiendo soluciones mejores para el futuro.

 

Os doy gracias a todos porque esto supone que os esforcéis para mantener el ritmo. Seguro que sería más cómodo para vosotros no acostar a los niños a la hora por no oír sus quejas y lloros, y es muy pesado tener que quedarse un rato con ellos mientras se duermen, etc. Pero lo hacéis felices, como si fuera lo más normal del mundo.

 

También hay detalles concretos que ayudan a la organización de la casa y que vamos descubriendo año tras año. Por ejemplo, es un tema pendiente el asunto de las toallas. No acabamos de aclararnos con ellas y más vale no explicar mucho el desastre que tenemos. Este añoen cambio ha sido un acierto que los niños estén en las habitaciones por familias y no por edades. Al principio protestaban por no dormir mezclados con sus primos, pero se han acostumbrado y es mucho más ordenado. Eso no quita que los padres permitan cambios puntuales, pero siempre controlados y cuando lo deciden los padres.

 

A veces comentáis que a vuestros amigos les pareceríanuestra casa un régimen espartano y que más de uno nos consideraría parientes de Herodes como mínimo, pero no tendrían más que pasar un día en casa para ver que no dan muestra de llevar mala vida ninguno de los niños, muy al contrario, creo que a todos les gusta mucho venir a Carbonero.

Aparte de todo esto, da gusto el día a día. Unos y otros organizáis planes especiales: celebraciones de santos y cumples, excursiones en bicicleta, conciertos nocturnos, encierros de las fiestas de los pueblos, cine de verano en el patio de casa, partidos de futbolín y fútbol los mayores, cenas de primos,

Esta noche tenemos en el patio de casa cine a la fresca” o cine de verano: primero a las 20.30h peli y pizza para los peques y después, ya acostados los 20 primos que estarán hoy, peli de suspense y pizza para los mayores sobre las 23.00h.

Hasta en el cine, la organización distingue los dos ambientes, y es que no tenemos remedio.

Todo lo anterior no está reñido con días mejores y peores de cada uno. Seguramente hay alguna o muchas veces en que alguno tiraría a un niño suyo o a un sobrino por la ventana o también al marido o a la mujer, o le molesta algún comentario de un hermano o cuñado, o de la suegra o el suegro. También hay quien se arrastra por la casa con las náuseas del embarazo o con el agobio del trabajo que espera a la vuelta. No se trata de falsear la vida, sino de esforzarse todos en sacar lo mejor de nosotros mismos. No es tarea fácil pero ¡vamos a por ello!

 

 

 

 

Deja un comentario